Acabas de recibir un paquete, envuelto con mucho cariño. Lleva una tarjeta con dedicatoria y un corazón dibujado en el fino envoltorio.
Tienes muchas ganas de abrirlo y lo haces despacio, para degustar el momento. Son unas alpargatas de tela brisa, dos mascarillas para ti y una para tu peque, además de ese capricho que llevabas tiempo queriéndote dar: una mochila enorme y muy cómoda, para la ciudad, para la playa, para la montaña.
Ahora mismo sonríes, te gusta todo lo que hay dentro de esa caja. Pero, ¿sabes dónde lo hemos confeccionado?
El taller de Bondesio está en Buñuel (Navarra)
El taller de Bondesio está en Buñuel, un pequeño pueblo de la Ribera de Navarra, el mejor pueblo del mundo, como no 🙂
Buñuel es el pueblo en el que hemos pasado gran parte de nuestra infancia. Así que cuando nos pusimos a buscar un sitio para el taller y encontramos una casa a medio hacer, con muchas posibilidades, empezamos a darle vueltas, imaginando en lo que podía llegar a convertirse.
Pudiendo instalarnos en un sitio más grande, elegimos Buñuel por cientos de razones.
¿Puedes imaginar que esto se convierta en nuestro taller? Así fue
El campo
Dicen que la inspiración te encuentra trabajando y de eso nosotros estamos seguros. Por eso queríamos un sitio donde trabajar fuera lo más parecido a un placer. Queríamos estar rodeadas de campos, de luz. Queríamos ver el paso de las estaciones lo más cerca posible, para inspirarnos cada día.
No imagináis lo a gusto que se trabaja cuando por las mañanas, para llegar a Buñuel, cruzamos por los campos de alcachofas, de brócoli, de cogollos. El olor de los frutales, de las flores, de las verduras en la tierra…
La huerta de la Ribera es increíble. Sus colores, cambiantes a lo largo del año, nos inspiran en las creaciones.
La luz y el cierzo
Quienes conocéis Buñuel y esta zona sabéis la luz que tienen estos pueblos riberos. El sol luce 300 y pico días al año y cuando no hay sol, la luz que entra por nuestros ventanales sigue dándonos vida.
Aquí al viento del noroeste lo llamamos Cierzo. Y sopla mucho y fuerte. Nos deja igual de despejados el cielo que la mente.
Las Bardenas Reales
Y de repente, como si Buñuel estuviera pintado dentro de un marco de montañas bajas, aparecen las Bardenas Reales de Navarra, uno de los espectaculares desiertos del interior de España.
Sus colores grises cuando amanece (en invierno llegamos muy prontito al taller) que se van tornando marrones para terminar en rojizos cuando reflejan los atardeceres, son un chorro de energía, que nos pone el cerebro vuelta al aire. ¿De dónde crees que salen nuestras combinaciones de colores?
La inspiración
Ahora cada vez que tengas entre tus manos una creación de Bondesio sabrás de dónde ha salido esa idea. Los colores pastel son el contraste entre los montes y el cielo.Los colores vivos de las telas Brisa nos recuerdan a la huerta y los frutales de la ribera.
Buñuel es el centro del Universo Bondesio y no podríamos haber escogido un sitio mejor para nuestro taller.